Hugo habia empezado la universidad. No estaba entusiasmado del todo porque se habia visto obligado a meterse en Derecho para seguir con la tradicion familiar y asi poder heredar el negocio de su padre. Todos los dias se iba a clase en autobus. Todos los dias veia a las mismas personas: la mujer que discutia por telefono, el senor mayor quejandose de la mala educacion de los jovenes, la mujer con el carrito de bebe intentando subir al bus, la gente universitaria como el intentando buscarle sentido a la amargura de la vida universitaria. Porque si, se puede estar amargado incluso estudiando algo que te gusta. El sistema educativo no se esmera mucho en hacer que los estudiantes esten apasionados por ir a clases.
Un dia se levanto mas tarde de lo que deberia y ademas con lluvia. Intento llegar lo mas rapido posible a la parada pero el bus no quiso esperarle. Con sueno, mojado y con frio se quedo esperando al siguiente bus. Cuando aparecio el autobus y se monto, vio a un chico con auriculares azules al fondo del bus. Se quedo mirandolo. No sabe si fue por el color llamativo de los auriculares, de su aire despreocupado o de su tez morena.
Lo que si supo es que un simple retraso de llegada al autobus le cambio la vida para siempre.
