
Harry estaba llorando. Él nunca lloraba, no le gustaba. Le gustaba pensar que era fuerte, y los hombres fuertes no lloran. Pero no podía evitarlo. Se sentía horrible. Parecía como si miles de cuchillos estuvieran desgarrándole el corazón.
Estaba en su cuarto, sobre su cama, mientras su cuerpo temblaba y las lágrimas caían por sus mejillas. Quería dormir, pero no podía, ya que cada vez que cerraba los ojos, Louis aparecía en su mente.
De pronto, su puerta se abrió, y Louis entró al cuarto. No dijo nada, tampoco Harry. Tan solo se quedó allí, mirándole, rompiéndole el corazón poco a poco.
- Haz. - Susurró.
Harry no dijo nada, tan solo cerró sus ojos, no queriendo encontrarse con la mirada de Louis.
- Harry, yo....-
- Cállate. ¡Tan solo cállate y lárgate de aquí! - Harry exclamó, furioso.
- ¿Por qué, Harry, qué he hecho? - Louis dijo, acercándose e intentando tocar a Harry, pero de pronto Harry se levantó de la cama de un salto. Fue entonces cuando se fijó en sus ojos, rojos, h...