
me escondo detrás de un árbol junto al lago y me siento juntando mis rodillas a mi pecho que late fuerte y que se encuentra confundido.
Escucho los galopes de un caballo que para en seco y mientras más se acerca a mí decido dejar de huir, ya no voy a escapar, lo enfrentaré. Me pongo de pie al mismo tiempo que escucho sus pasos y me planto frente a él.
-por qué huyes?
-estoy... confundida, te creí indiferente- digo con la cabeza baja.
-deberías dejar de creer y esperar a lo hechos.
volteo a verlo a esos mismo ojos que parecen cambiar a unos sinceros y suaves.
Hola, volveré a escribir esta historia aquí y la
continuaré debido a que no pude volver a acceder a mi cuenta anterior. Espero y la disfruten.