La Casa De Venus (larry) - ੈlie

El lugar era el pedazo de un cielo rosado, robado de su ambiente y bajado a la tierra. Hermosos ángeles con tules en sus cuerpos rondaban el lugar con sonrisas genuinas y rodeadas de labios cereza, hinchados, dulces y llamativos. Pieles blancas se lucían, los hombros mostraban aquella suave tez que luego, si el visitante aceptaba, podría probar.

Un costo alto, pero con el, podrías ser llevado al paraíso.

La casa de Venus, un lugar donde las mejores esculturas eran mostradas, y se podían mover, tenían voz y un sutil cantar encantador e hipnotizante. Donde los retratos se reían, y las pinturas se recreaban en distintas salas con puertas grandes y diferentes ornamentos bañados en colores dorados.

El mejor prostíbulo, lo mejor, era que ni el rey mismo, el más cristiano, deseaba cerrarlo. Porque decían, que allí mismo podrías encontrar en una mujer el dulce amor de una virgen.


O en un varón, el férreo color del mar en la mirada.


Un mar turbulento, un mar profundo y a la vez, cristalino, el mejor torbellino que alguna vez, se pudo ver.