
Y fue entonces cuando lo conocí a él. Aquel monstruo que me cautivó desde el primer momento. Un monstruo que me robó el corazón en un abrir y cerrar de ojos y que solo supe darme cuenta cuando vi que estaba dispuesta a renunciar a todo para estar con él. Globgor hizo que todo resultara más fácil y menos eterno. Mi rol como reina impedía que nos viéramos muy a menudo, pero cada segundo a su lado, se sentía como tocar el paraíso. Alejada de Shastacan, alejada de la política y alejada de todo lo que estuviese relacionado con Mewni.
-Si todo fuese distinto... ¿te casarías conmigo?-le pregunté una vez estando recostada entre sus brazos. Él me miró a los ojos y pude ver como una sonrisa se le dibujaba en los labios. No fueron necesarias las palabras para saber cual era su respuesta.
Pero ambos sabíamos que por mucho que lo deseáramos, no podíamos estar juntos. Mirásemos por donde mirásemos, todo estaba en nuestra contra.